El teatro de ópera más viejo de europa y uno de los más bellos en el mundo, abre nuevamente sus puertas después de las restauraciones que se llevaron a cabo durante los dos últimos años.
El Patrimonio de la Humanidad en Nápoles fue renovado por completo con trescientas personas que trabajaron día y noche para reducir el tiempo de inactividad. El teatro ha vuelto a adquirir todo su esplendor. La tonalidad cálida de su terciopelo colorado, las máscaras y los querubines de oro que reflejan la luz en los escenarios, son hermosos. El techo decorado, nos hacen alzar la cabeza para admirar la pintura. Su foyer nuevo, luminoso y moderno ofrece un amplio espacio y su construcción con técnicas y materiales especiales mejoró la acústica ya perfecta del teatro. No fue, por cierto, la primera vez que se restaura el teatro. Después de su construcción, en el período 800, por voluntad de Carlos III, se llevó a cabo una restauración en tiempo récord, el edificio fue modificado para obtener una mejor acústica. Desafortunadamente, el incendio que se produjo en el año 1816, destruyó el templo de la ópera lírica por completo, quedaron en pie solamente los muros externos. Pero, en menos de un año, el arquitecto Nicolini, lo reconstruye y esta vez el resultado fue magnífico. Dede sus inicios que en el Real Teatro se realizaron funciones de conciertos y óperas líricas de artistas y compositores como: Donizetti, Rossini, Verdi, Abbado y Muti entre otros.